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Institutos Especiales

Para la educación industrial y comercial el Ministerio ha cumplido el precepto legal de sostener y fomentar el desarrollo de los institutos existentes y preparar la instalación de nuevos establecimientos.

Llevan muchos años de existencia los colegios salesianos de artes y oficios establecidos en la Capital de la República y en esta ciudad y ambos reciben íntegramente, las subvenciones consignadas en el presupuesto nacional, aparte de otros recursos que se les facilita cuando hay posibilidad de hacerlo. Las subvenciones han sido aumentadas en estos dos últimos años, mediante un nuevo contrato, que oportunamente sometí á vuestro conocimiento. En cada uno de dichos colegios, sostiene el Ministerio cincuenta becas gratuitas, fuera de las extraordinarias que

giran al rededor de veinte en cada establecimiento, según las nóminas que se encuentran en el apéndice. De esta manera se beneficial á muchas familias que carecen de recursos para la educación de sus hijos y se favorece, en grande escala, el progreso y adelar.to de la clase artesana.

Como elemento de educación industrial, el Gobierno ha procurado, con persistente empeñc, dar vida útil y próspera á las escuelas elementales de minas que ha establecido en las ciudades de Oruro y Potosí, desgraciadamente con éxito poco satisfactorio hasta hoy, á pesar de los esfuerzos verificados.

En la escuela de minerí establecida en Oruro, está concluida la mayor parte del edificio destinado para ella y actualmente se trabaja la última sección que estará concluida en poco tiempo más. Las secciones primeramente construidas se encuentran dotadas de todo el mobiliario necesario, sólido y de buenas condiciones, para el establecimiento del

internado, cuyas becas, completamente gratuitas, inclusive menaje y útiles, se ofrecieron en concurso, en número de veinte, sin éxito alguno.

La causa de tal resultado debe encontrarse en que para aceptar alumnos destinados á estudios especiales y prácticos de metalurgía y laboreo de minas, se exigen ciertos conocimientos elementales indispensables, como saber leer y escribir corrientemente, tener conocimientos prácticos del idioma nacional y algunas nociones de aritmética y de otras ciencias. Parece que esto se ha encontrado excesivo, pretendiendo equiparar la escuela especial y práctica de minería con una escuela primaria en la que se aprende desde las nociones más elementales. Indudablemente, ha influido también la facilidad que en Oruro tienen los jóvenes de encontrar ocupaciones remuneradas para alejarlos de estudios que consideran como pérdida de tiempo. Entre tanto, la escuela dispone hoy de un elegante edificio, construido desde los cimientos en

estos dos últimos años, cuenta con material científico abundante, de buena calidad y que se puede completar con muy poco costo, con mobiliario completo y sólido para el internado y todas las condiciones para que funcione de inmediato el establecimiento. Es de esperar que una nueva convocatoria surtirá mejores resultados para el próximo año. Es de justicia mencionar al Director de la Escuela, ingeniero Augusto P. Umlauff, que antes con remuneración y desde hace algunos meses sin ella, por renuncia voluntaria del sueldo estipulado, ha dirigido y administrado la escuela y la construcción del edificio, con verdadera competencia y actividad.

La escuela de minas de Potosí funciona con escaso número de alumnos, en una sección convenientemente reparada y amueblada, del edificio de la Casa Nacional de Moneda. El material científico, adquirido en estos dos últimos años, es completo y de la mejor calidad. Consta de modernísimas ins

talaciones, como los gabinetes de física, docimasia, con su sección de hornos, museo mineralógico y un gimnasio para ejercicios físicos de los alumnos.

Las causas por las

que es reducido el

número de alumnos son, más ó menos, las mismas que influyen en la escuela de minas de Oruro, añadiéndose cierto espírito de resistencia inesplicable por parte de algunos que opinan ser demasiado caro el sostenimiento de un establecimiento de este género, siendo preferible, según dicen, enviar los alumnos existentes, sin la edad requerida ni preparación alguna, á establecimientos análogos del extranjero, donde suponen, seguramente, que les infundirán ciencia, sin trabajo. Estas opiniones no necesitan comentario, tratándose de adelantos positivos y de elementos propios que adquiere el Estado para el progreso industrial de la nación, siendo de advertir que la escuela de minas sirve también de oficina de ensayes metalúrgicos para

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