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múltiples como la diversidad misma de elementos y progresos creados por la actual civilización.

En caso de conflicto es el país todo que se pone en acción y no solamente la fuerza armada, como ocurría antes. La movilización de tropas, su abastecimiento, el sinnúmero de elementos auxiliares que se requiere para asegurar el poder de ataque y defensa de un ejército, etc., tienen que demandar grandes y constantes esfuerzos de todas las esferas de actividad de un pueblo.

Por ello es, pues, que con mucha razón se ha dicho, que en la presente guerra no ha dejado de aprovecharse de ningún invento científico, sea para debilitar al enemi go, sea para aumentar la propia seguridad, aguzando el ingenio humano en un grado de intensidad nunca visto.

Ante semejantes hechos y las enseñanzas que en todo orden nos dejan los pueblos comprometidos en la gran contienda europea, es necesario que el país todo tome nota de ello y haga esfuerzos para no rezagarse en la difícil y penosa labor de asegurar la defensa de la patria, sacudiendo el viejo prejuicio de que sólo al gobierno corresponde llenar este deber.

Cualquier debilidad de parte nuestra o incompren sión de las lecciones que recibimos de Europa convulsio nada, nos traería graves situaciones o desgracias sin fin, ya que no es posible improvisar a última hora aquello que no ha podido crearse ni organizarse en mucho tiempo y normalmente.

Toca principalmente al hogar y a la escuela inculcar y fortificar en el espíritu del niño no sólo el amor desinteresado a la patria, sino la obligación que tiene de contribuir en el grado máximo de sus facultades y actividad, para defender la dignidad de la nación y la integridad de su territorio. La abnegación y el desprendimiento del ciudadano son, pues, las virtudes donde debe reposar el poder del estado, y por ello es que la educación cívica debe tender por entero a desenvolverlas y ge neralizarlas en nuestra población infantil.

El día en que los padres de familia y los maestros llenen cumplidamente su misión, haciendo comprender al niño que sobre todos sus deberes está el que tiene para con su patria, a la que en ningún caso debe excusar esfuerzo ni sacrificio, la tarea de los cuarteles y, por consiguiente, la acción del estado, en cuanto se refiere a la or

ganización del ejército y defensa de nuestra soberanía, quedarán enormemente facilitadas.

Las circunstancias presentes exigen que el cuartel no sea sino la última etapa de la instrucción y de la cducación, comenzadas en el hogar y continuadas después en la escuela, para habilitar a los ciudadanos tanto en el ejercicio de sus derechos, cuanto en el de las obligaciones que tienen con la patria.

Indudablemente ha de llevar un poderoso aporte para la realización de estos propósitos el elemento de normalistas que presta hoy sus servicios en el ejército. Dichos profesores podrán informar los ejercicios físicos y clases de gimnasia de los planteles de instrucción sobre bases militares, a fin de que los alumnos, con la singular afición que tienen para esta clase de trabajos, adquieran anticipadamente los conocimientos preliminares de su educación militar.

De esta suerte, el primer período de instrucción que se dá en los cuarteles se reducirá a menor tiempo, o por lo menos a un pequeño elemento.

Ahora que se ha despertado un verdadero entusias mo entre la juventud para constituir las brigadas de boyscouts, que persiguen tan laudables como patrióticos fines, nada sería más fácil ni provechoso que procurarles una organización, que, al mismo tiempo de observar las reglas propias de la instrucción, inicie el aprendizaje militar de los scouts, conforme a los reglamentos vigentes en el ejército.

Aquí me cumple hacer mención de la simpática iniciativa de la brigada de girls-scouts de La Paz, para cons tituir un cuerpo de ambulancia, que con el tiempo pueda servir de base a la formación de la cruz roja.

Sin duda este proyecto encontrará favorable acogida en todo el país, dado el fin que se propone y la urgente necesidad que hay de establecer ya el servicio sanitario militar con todas sus dependencias.

Por lo demás, el supremo gobierno, consecuente con su programa de organización militar, no ha omitido esfuerzo para mejorar las instituciones existentes y crear las que hacían falta, no obstante de los escasos recursos consignados en el presupuesto del ramo.

Fuera de los trabajos realizados durante el año y que se detallan en los capítulos siguientes, me cumple

hacer especial referencia a la creación de la escuela de guerra y a las labores iniciadas para el establecimiento de la escuela militar de aviación, asuntos sobre los que se da las informaciones del caso en el lugar respectivo.

La vigorización de la raza, fortaleciendo las facultades de resistencia y despertando el espíritu de previsión, debe ser uno de los ideales a realizar.

No se concibe que un pueblo llegue a ocupar lugar prominente entre los demás sino cuenta con hombres fuertes y dispuestos a soportar las fatigas de la vida. Y, como consecuencia, un ejército no podrá responder a su objeto sino cuando esté compuesto de individuos robustos y ap tos, cuya disciplina sea tan rígida como racional.

La fortaleza de los conscriptos no debe buscarse únicamente en atención a las razones apuntadas, sino también como un medio para precaverlos contra las penurias y sufrimientos que forsozamente impone el servicio de campaña, lleno de amenazas constantes.

Es por ello que, a mi juicio, el régimen militar en tiempo de paz, debe aproximarse en lo posible al estado de campaña, y corresponder los medios educativos a la habilitación amplia del soldado dentro de esa situación; por manera que, al desenvolverse en un estado real de guerra, tenga la aptitud bastante, como conocimientos energía, para contrarrestar sus peligros y resistir sus pri

vaciones.

y

Sin duda alguna,sería muy fácil copiar de países que cuentan con grandes recursos económicos los preceptos relativos a la atención del soldado y su permanencia en las filas, y nada sería más grato para nuestro ciudadano conscripto que hallar en el cuartel holgura y bienestar; pero, a proceder así, lejos de habilitar hombres para la defensa de la patria, en caso dado, no haríamos sino debilitar el vigor de la juventud, preparando indirectamente desastres futuros. Y sino: ¿Sería posible suponer que quién no pueda soportar pequeñas privaciones, insignificantes molestias dentro de la vida de guarnición, se halle capacitado para sobrellevar las crudezas de la vida de campaña y el sinnúmero de contrariedades, fatigas y sufrimientos que ella impone?

litar, que por sí mismo importa sacrificio y subordinación, antes que limitarse únicamente a los cuidados que se prodigan al soldado, según la abundancia de recursos de un país, hay que consultar el fin mismo de la institución y la idiosincracia del servicio. El soldado se ha creado para defender la patria o sus instituciones, con el arma al brazo e imponiéndose sacrificios; es preciso educarlo para esto.

Naturalmente con tal afirmación no sostengo que se le someta a procedimientos inquisitoriales, ni que se trate de vigorizarlo recurriendo a medios crueles. Lo único que pretendo es conseguir del soldado la suma resistencia y del ejército una perfecta organización, para responder a su objeto, cual es la plena aptitud en la vida de campaña.

Preciso es dedicar nuestras energías, en cumplimiende un deber patriótico, a conservar las proberbiales condiciones de sobriedad y resistencia de las gloriosas tropas que nos dieron justo renombre en las campañas del Pacífico y del Acre, propendiendo al progreso del ejército, dentro de los adelantos modernos, pero tratando de mantener sobre todo sus virtudes nativas.

Guardando consecuencia con estos propósitos, el ministerio de guerra, ha dictado disposiciones y acordado medidas para que los cuerpos de línea, durante sus ejercicios y viajes, tengan siempre en mira los tópicos ligeramente apuntados.

Y es de justicia manifestar en este documento, que todos los jefes y oficiales, en noble emulación, se han esforzado para llenar su cometido con verdadero interés y patriotismo.

Habiendo acogido con benevolencia el honorable congreso nacional el proyecto que presentó el ejecutivo para el servicio de guerra durante la presente gestión, sin embargo de las dificultades económicas por las que atraviesa el país, se ha avanzado algo más en la organización de nuestro ejército, con la creación de un segundo batallón al regimiento 3.° de infantería, y el aumento proporcional de plazas a todos los cuerpos de esta arma, dotán

doseles del efectivo mínimo que señala el reglamento táctico para tiempo de paz.

De esta suerte, no sólo se ha conseguido que la instrucción sea más eficiente y conforme a las necesidades de la guerra, sino también que los jefes y oficiales tengan mayor campo de actividad e iniciativa, poniéndose al frente de unidades con efectivo más numeroso, lo que sin duda alguna estimula su entusiasmo e interés por el trabajo.

Las demás armas también han recibido aumentos de consideración, tanto en el efectivo de sus plazas, cuanto en el ganado que requieren, de conformidad a sus regla

mentos.

El Regimiento "Ballivián", de ametralladoras, ha organizado una compañía más y habilitado en su cuartel un nuevo local para su alojamiento. Hoy cuenta este cuerpo con un contingente bien preparado y apto, y que, en su caso, puede ser convenientemente distribuido entre las unidades del ejército en campaña.

Dada la importancia que ha adquirido esta arma en la guerra actual, es de todo punto indispensable la creación de otras compañías, aún cuando ello tenga que imponernos sacrificios económicos.

El oficial es la base de la instrucción del conscripto y por eso se ha puesto el mayor empeño en su educación intelectual y moral, una vez que, llegando a las filas, tiene que constituirse en maestro y mentor del soldado. Después de prepararse convenientemente en los cuatro cursos del colegio militar, egresa el subteniente a los cuerpos de línea, donde recibe instrucción práctica y adecuada al servicio de cuartel, durante los tres meses últimos del año, bajo la inmediata dirección de los jefes de regimiento.

El régimen disciplinario establecido en el colegio y el cuartel es severo, cual corresponde a personas que han de ejercer su profesión en un ambiente de inflexibilidad de estricto cumplimiento del deber.

y

Aparte de los conocimientos que le reporta su actuación como instructor, se prepara en el estudio técnico de la guerra, en forma de memorias escritas, sobre temas señalados y recibiendo conferencias de los comandantes de compañía y de batallón. Con este sistema se estimula e ilustra todo el cuerpo de oficiales, sea dilucidando

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