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bre la base de los estudios que practica actualmente la comisión de ingenieros norteamericanos y los que igualmente efectúa "The Antofagasta (Chili) and Bolivia Railway Company" entre Uyuni y Potosí en virtud del contrato de fecha de 3 de agosto último. De esta manera quedarán satisfechas las aspiraciones nacionales y se habrá cumplido uno de los puntos más importantes del programa del Gobierno Nacional.

Esperando que la H. Cámara de Diputados se sirva prestar atento estudio y aficaz aprobación al presente proyecto de ley cuya importancia trascendental es harto conocida del país, soy con toda consideración del

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Artículo 1o-Se autoriza al Poder Ejecutivo para contratar y ejecutar con la simultaneidad posible, la construcción de los siguientes ferrocarriles: de Viacha ó Corocoro á Oruro, de Oruro á Cochabamba, de Uyuni á Potosí, de Potosí á Tupiza y la primera sección de cien millas de la línea de La Paz á Puerto Pando, empleando los fondos provenientes de la indemnización pagada por el Brasil y las garantías estipuladas en el Tratado de Paz celebrado con la República de Chile.

Art. 2o- Se autoriza igualmente al Poder Ejecutivo para realizar las operaciones financieras que se consideren indispensables siempre que los fondos consignados en el art. 1o no sean suficientes para la construcción de los ferrocarriles indicados, sin comprometer á la responsabilidad de tales operaciones más que los mismos ferrocarriles.

Art. 3o-Construidos que sean los ferrocarriles determinados en el art. 1o, se procederá á la ejecución de las siguientes líneas: de Oruro á Potosí, de Cochabamba al Chimoré, de Macha ó de Potosí á Sucre y la segunda sección del ferrocarril de La Paz á Puerto Pando.

Art. 4o-Para la construcción de la línea ferroviaria de La Paz á Puerto Pando se asignan además los fondos provenientes del au mento del impuesto sobre la cocă.

Comuníquese, etc.

La Paz, 13 de noviembre de 1905.

ISMAEL MONTES

Anibal Capriles

Informe del Médico de la Comisión de

Oruro á Cochabamba

Señor Ministro de Gobierno Fomento

Informa:

El suscrito, absolviendo el informe que con motivo de ciertas publicaciones ha tenido Ud. á bien pedirle sobre si es cierto que los ingenieros que practican el estudio y trazo de la línea férrea entre las ciudades de Oruro y Cochabamba en lugar de dedicarse á ese trabajo solo se ocupan de divertirse, dice:

Habiendo contraído por solicitación especial que recibió, el compromiso de acompañar á la Comisión en calidad de Médico y cirujano, el suscrito salió de esta ciudad el día 28 de agosto último habiendo llegado el 1° de septiembre á la región mineral de Falsuri, en momentos en que se verificaba la traslación del campamento del pun to llamado Vilacaima, donde anteriormente había permanecido durante algunos días.

La primera impresión que al suscrito le causó la jornada de los ingenieros en ese día, fué de admiración, por la vertiginosa actividad y precisión con que todo el menaje, instrumentos y útiles eran desarmados, conducidos y vueltos á armar en la nueva residencia, sin que esto hubiese sido un obstáculo para la marcha de los trabajos de expioración, reconocimiento y delineaciones que cada uno de ellos seguia practicando, pues todo el desmontaje y preparación para el cambio habian sido cuidadosamente efectuados desde las 4 hasta las 6 de la mañana, hora en que diariamente cada uno se dirije al terreno en que le corresponde trabajar.

En ese mismo día fué puesto el suscrito en relación con Mr. Rollins, jefe de la Comisión, quien con la seriedad y la fina educación que caracteriza á cada uno de los miembros de ella. puso de manifies to las grandes dificultades que se presentaban en el trazo del citado

Ferrocarril, por lo accidentado del terreno, por la deficiencia de algunos elementos y la falta del personal que no había podido ser oportunamente provisto, pero que después, con la llegada de cuatro ingenieros auxiliares, pudo avanzar en sus trabajos con la actividad y rapidez más satisfactorias.

Ahora bien, habiendo el suscrito examinado las condiciones del equipo, y demás elementos, en relación con la higiene, encontró que todo estaba arreglado en un orden que nada dejaba que desear al respecto. El estado sanitario de la Comisión era bonancible, no obstante de que los días anteriores había recorrido el trazo de una considerable extensión y cambiado sucesivamente varios campamentos, sin contar durante ese tiempo con los auxilios oportunos de un médico, y sufriendo así penurias que habían sabido también disimular y pasar por alto.

Una de las primeras preocupaciones del suscrito, al ingresar al seno de un personal tan digno de consideraciones. fué examinar si existían los medios de salvar á los que por desgracia llegasen á enfermar, habiendo tenido el agrado de encontrar un botiquin bastante surtido de drogas, el cual fué ampliado con algunos pedidos pequeños hechos á la ciudad de Oruro.

Una vez organizada la profilaxia, el suscrito principió á dictar algunas prescripciones, conformándose á las costumbres especiales de los señores ingenieros, que como hombres científicos, saben sujetarse á un plan determinado 6 norma adquirida en su ejercicio profesional, norma que principalmente consiste en el cumplimiento estricto del deber y el trabajo constante.

La razón ó causa que les facilita el llevar á cabo una misión tan delicada, sin interrupciones ni entorpecimientos, consiste en tener horas bien determinadas y más que todo, en efectuar con entera puntualidad las faenas que tienen distribuidas, siempre con uniformidad que no falla. Levántanse á las 5,30 a. m., dedicándose media hora al aseo personal y arreglo de sus dormitorios. A las 6 a, m, toman el desayuno, que es una especie de almuerzo lijero que dura media hora, procediendo inmediatamente después todo el personal de exploradores, mensuradores, niveladores, ayudantes, & á prepararse con los instrumentos y útiles que cada uno necesita. El jefe dá la orden de partida para el trabajo y cada uno se dirige al lugar determinado según el rol é instrucciones, con un entusiasmo que no se ha visto decaer en ningún momento. La extensión en que tienen que hacer el estudio, es de 3 millas en cada jornada, más ó menos, según la naturaleza del terreno.

Llega el momento del descanso, que es la 1 p. m., hora en que es necesario reparar las fuerzas perdidas en cinco y media horas de continuo trabajo. Este descanso dura solo media hora y en ella se toma un lunch consistente en un pedazo de pan con manteca y dulce ó jamón, y como líquido reparador, se bebé el agua potable y fresca que cada uno lleva en su cantina.

A la 1,30 p. m. prosigue el trabajo, casi siempre con peligros y por regiones que solo el que las vé pude admirar. Las sinuosidades bruscas del terreno, los rios, la insolación, la lluvia y el viento, son

otras tantas dificultades que á cada momento presenta la naturaleza allí donde no hay sino campo abierto que recorrer.

A las 3 de la tarde, todos los ingenieros emprenden su regreso al campamento. Ver esos hombres fatigados y desfallecidos por el hambre, la sed y la intemperie, es algo que impresiona, y es cuando el médico les pregunta y averigua con la mayor solicitud qué novedades han ocurrido durante la jornada y si alguna dolencia les aqueja, para ofrecerles los medios de reaccionar sus fuerzaz, evitando enfermedades muy posibles de contraer en tales circunstancias. Mientras tanto el cocinero, que por suerte es un japonés hábil en ese ramo, se preocupa de ofrecerles la cena, con ese cariño que solo el que comparte de una situación semejante puede sentir. Terminada la comida ó cena, hay un descanso de una hora, que se observa por prescripción médica. Después cada uno recorre sus apuntaciones de la labor hecha en el día y confecciona sus mapas ó planos. Entonces viene el descanso de la noche, para principiar al día siguiente con lo mismo.

El día domingo es el único día en que los señores ingenieros descansan de sus faenas ordinarias, pero en cambio es también el único día que tienen habilitado para que cada uno revise su equipo y se prepare para el trabajo de la semana.

Respecto á cambio de campamento, se advierte un día antes, para que todo esté listo lo más temprano posible, generalmente á las 4 de la madrugada, hora en que cada uno acondiciona los objetos de su uso personal, para que los encargados de la conducción no tengan motivo de demora. A la hora indicada, como todos los días, se van al trabajo y solo quedan en el campamento el médico como encargado del jefe para dar órdenes de movilidad, el capataz de arrieros, cocinero, etc. Es de advertir que un día antes el jefe, en compañía del médico explora el lugar más apropiado para trasladar y armar las tiendas de campaña, nunca en los pueblos, sino en el campo y á distancia de 3 millas de un pueblo y del lugar donde se dejó día antes el trabajo ̧ La breve relación anterior dará á ese respetable Ministerio una idea de la manera asídua en que los ingenieros de la referida Comisión llenan sus dificiles labores, así como de la austeridad ejemplar de sus costumbres de vida, según he tenido ocasión de presenciar en la corta temporada de cincnenta días que permanecí cerca de la comisión, al cabo de los cuales tuve que retirarme con gran sentimiento, por atenciones que me reclamaban con urgencia. El lugar que entonces ocupaba el campamento, era Huanuhuara.

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Entre tanto, no puede menos que contrariar la lectura de un artículo que bajo el título “Defraudando tiempo y dinero" se ha públicado en "El Heraldo" de Cochabamba, en cual se afirma, con lamentable ligereza y animadversión, "que esos ingenieros de todo se ocupan, menos de llenar su cometido, que cada uno de ellos gana "300 dollars mensuales, que de lo único que se ocupan es de defraudar el tiempo y el dinero, que su presencia es un escándalo en el país, que si trabajan una hora al día es mucho, que lugar poblado donde acampan queda al día sigiente exausto de licores, que á algunos pasajeros han desvelado en la noche con sus bacanales, que en tres

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meses no han avanzado ní 5 leguas, y en fin, que están estacionados "en las alturas de Falsuri, cazando vicuñas”.

Todo esto se escribe en los momentos en que el Supremo Gobierno está llevando á cabo la preparación indispensable de un ferrocarril llamado á poner en prosperidad las ricas regiones del Departamento de Cochabamba y á levantar sus industrias.

La comisión de ingenieros que está trazando esa línea, es respetable y no merece ser hostilizada de semejante manera. La componen más de veinte profesionales extrangeros, procedentes de Norte América y de Europa, quienes han venido llamados por el Gobierno boliviano, desde sus lejanos países, para prestar al nuestro el contingente valioso de sus conocimientos en la gran obra ferroviaria que nuestro progresista Gobierno ha acometido. Herir la dignidad personal de esos caballeros, como se hace en el artículo mencionado, es alejar, detener la corriente inmigratoria, que tanto necesitamos facilitar para progresar.

En cuanto á la cotización que el artículo indicado hace del trabajo de los ingenieros, el suscrito ignora el sueldo que ellos ganan mensualmente, pero suponiendo que importara 300 dollars, es indudable. que ningún profesional se prestaría á venir desde centenares de leguas á ocuparse de un trabajo de duración eventual, por mucho menos que ese sueldo.

Las imputaciones que en el repetido artículo se hace á los ingenieros, de que dejan exaustos de licor los lugares poblados donde acampan, curecen de fundamento. El suscrito, durante los días de su permanencia en los campamentos, no ha visto que los ingenieros hubiesen dejado alguna población exausta de licores. Para esta clase de apreciación, habría que tener en cuenta cual era la existencia de licores en la población ó plaza á que se refiere el señor escritor del artí culo. Pero como parece que no se trata de la escasés de licores que habrían causado los señores ingenieros, sinó del uso ó abuso que estos hubiesen hecho de las bebidas, el suscrito cumple el deber de informar que durante su permanencia en los campamentos no han consumido tales licores, pues sus provisiones consisten tan solo en los artículos necesarios para la alimentación.

Finalmente, en cuanto á la acusación de que los ingenieros están estacionados en las alturas de Falsuri, cazando vicuñas, sabe el suscrito que los ingenieros no tienen tiempo para ocuparse en esa distracción, ni poseen las armas apropiadas para la caza, sinó escasamente revólveres, como útiles necesarios de defensa cuando se recorre regiones despobladas. Además, el suscrito no sabe que en esos lugares existen vicuñas.

No es, señor Ministro, grata para el suscrito la tarca de prestar un informe que siendo de la verdad, tiene que hallarse en contradicción con las aseveraciones de un artículo editorialmente publicado en uno de los más prestigiosos órganos de la prensa nacional, como es "El Heraldo" de Cochabamba. Pero, ya que tiene que salvar este informe, no oficiosamente, sinó en cumplimiento de una justa determinacion de Ud., cree el suscrito deber manifestar er conclusión, que el artículo referido no está en la verdad al expresar que “en

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